martes, 13 de marzo de 2012

DIARIO DE UN VIAJE POR CANADÁ: ALBERTA

Un viaje siempre tiene que ser una decisión fácil, por que presuntamente es el lugar donde quieres ir a descansar o conocer. Tal vez este no sea el caso, cuando el viaje es sorpresa y te encuentres un día antes con la “cara de what” al saber que viajarás a la provincia de Alberta en Canadá. Así empieza un viaje que realice hace ya casi 4 años. Obviamente lo primero que te viene a la mente, es la emoción de salir a viajar al extranjero y conocer otra cultura, pero qué sabía yo de Alberta, pues tal vez igual que ustedes, casi nada.

Con la premura del tiempo, pude investigar más o menos a qué lugares viajaría, en primer lugar la ciudad cosmopolita (como todas las de Canadá) de Calgary; con una población actual de casi 1,100,000 habitantes, por lo que no estamos hablando de una ciudad pequeña, pero no se nota porque la ciudad se expande alrededor de un paisaje hermoso de ríos y valles verdes (claro por el verano).
 

Así que después de viajar casi 7 horas en vuelo directo llegamos de noche y lo primero que observas al horizonte es la “Calgary Tower”, una monumental torre que se erige en el centro de la ciudad alrededor de edificios altos, enmarca el cuadro perfecto de ser un ciudad típica canadiense.

Así es el viaje pinta para ser extraordinario. Calagary se representa por ser una ciudad de rodeo, ya que ahí se celebran todo tipo de festivales referentes a la “Stempade”, al ser una provincia totalmente ganadera.

El viaje a Calgary es rápido, poco a poco vamos dejando de lado edificios y nos adentramos en una carretera en la pradera canadiense, nos detenemos en una estación de esquí, pero no cualquier ahí se han celebrado Juegos Olímpicos de Invierno años atrás, pero no podemos observar lo grandiosa que es la estación al ser verano, si hubiéramos ido en invierno veríamos esa imagen repleta de nieve y gente por todos lados queriendo subirse a la montaña para esquiar.

Dejamos también de lado esa imagen y nos adentramos totalmente en el Parque Nacional de Banff, un lugar lleno de Montañas (todavía nevadas) y una inmensidad de ríos, lagos, flora y fauna típica de una región a esos grados de latitud. Simplemente imagínense ver a pleno pie de la carretera osos, alces, ardillas, búfalos, etc y todo tipo de imágenes que sólo alcanzamos a ver en esas fotos de Internet, en revistas como NatGeo® o en calendarios, pero no era así ahí estábamos contemplando la delicia de formar parte de esa naturaleza [Nota: No soy malinchista, no digo que en México haya lugares tan hermosos y que son envidia de todo mundo, pero aquello también es hermoso y hay qué saber contemplarlo].
 
Por fin, entre tanta naturaleza llegamos a un pueblo como de maqueta, precisamente llamado igual que el Parque, Banff. Este pintoresco pueblo, aunque pareciera que salió de los cuentos tenía de todo desde Centros comerciales, escuelas, Starbucks®, restaurantes italianos, mexicanos etc, tiendas de todo tipo desde la de $1 dl o tiendas exclusivas, finalmente es un pueblo que recibe más turistas en invierno que en verano.

Las sorpresas no terminan cuando, nos enteramos que nos quedaríamos en un hotel-castillo, así es un Castillo, que en su tiempo era una residencia y después lo remodelaron como un Hotel de lujo con todos las necesidades de un viajero, con esto ahora si creíamos estar en un cuento de hadas, pero no era así, la ciudad tenía que mirarse por todas sus calles y vistas a las montañas y ríos.

Finalmente tuvimos que dejar aquél pueblo del que nos enamorarnos para visitar ahora un palacio, así es yo así lo describo pero es otro castillo que esta perdido entre las montañas y está frente a un lago, el “Lake Louis”, al final del lago encontramos un montaña que se erige llena de nieve y con un vista exclusiva para el hotel y sus más de 1,000 huéspedes. En este lago puedes remar más no nadar por que te daría hipotermia. Ahora imagínense cenar a la luz de las velas y tener frente a ti una imagen espléndida de la naturaleza mostrándote esa montaña llena de nieve, simplemente mágico.

Después de ese gran paisaje nos seguimos dirigiendo al norte para hospedarnos en otra pequeña ciudad de nombre Jasper y que a su vez le da nombre a otro Parque Nacional fascinante. En este pueblo nos quedamos en un hotel con cabañas en las que casi todas dan vista a un lago interno que tiene el hotel, por lo que se pueden imaginar la vista del lugar y caminar alrededor de este pintoresco hotel.

El recorrido de una semana se estaba acabando y nos teníamos que dirigir a nuestro último destino: la capital de la provincia, la ciudad de Edmonton; el recorrido nos lleva más al Norte todavía, esta ciudad igual de cosmopolita es de las última ciudades más pobladas en el Hemisferio Norte, con casi 950,000 habitantes. Podríamos decir bueno es otra ciudad, pero no te deja de sorprender todo lo que puedes aprender caminando y recorriendo sus calles con festivales de jazz, viajando por el metro, visitando el “City Hall”, caminar por el centro financiero donde se levantan las grandes firmas nacionales e internacionales o la atracción de miles de visitantes consumistas (jajaja) el Centro Comercial más grande del mundo, el “West Edmonton Mall” donde podemos encontrar una pista de hockey, un “ChinaTown” o un parque acuático cerrado totalmente aclimatado para que cuando sea invierno sigas pensando que estás en un clima caribeño.

El recorrido ha sido muy rápido y cansado visitando parques y ciudades, pero debo aclarar que ha sido de las mejores semanas de mi vida, disfrutar esos paisajes en familia y recorrer una pequeña parte del mundo para darte cuenta que todavía tenemos lugares tan especiales que debemos disfrutarlos al máximo, pero sobre todo cuidarlos. Realmente les recomiendo visitar estos lugares tendrán uno de sus viajes más formidables de sus vidas.

Este ha sido un pequeño recorrido y la primera entrega de esta serie de entradas, en las que les narraré sobre otras partes de Canadá y luego esperen una serie sobre viajes por nuestro México querido.







 
 
 

 




















 

 


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