Acabamos de presenciar una de las contiendas electorales más reñidas y más esperadas no sólo en Venezuela sino a nivel mundial, se esperaban sólo dos escenarios posibles, el triunfo de un demócrata asérrimo enemigo de Chávez, ex gobernador de la provincia de Miranda y que aseguraría el cambio en Venezuela; y el otro, la reelección por tercera ocasión de Hugo Chávez en el poder ejecutivo de áquel país.
Finalmente el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, dió a conocer el resultado de las elecciones, mostrando una clara ventaja de Chávez sobre Capriles, de un 54,42% frente al 44,97% del segundo. Por lo que se confirma que el actual mandatario seguirá en el poder hasta el 2019, siguiendo su plan de seguir como el Presidente de Venezuela hasta el 2031.
El mundo vigilaba de cerca estas elecciones por la posición que tiene Venezuela en América Latina y por su gran reserva de petróleo, además de las relaciones políticas que tiene Chávez con países enemigos de EE.UU., así como seguir ideas socialistas sólo vistas en Cuba cuando gobernaba Fidel Castro.
Por lo que ahora, definidas las elecciones las piezas de ajedrez, seguirán en el mismo lugar donde las encontramos antes de éstas.
Hay diversos puntos que me llaman la atención, en los cuales México debe observar puntualmente y de los cuáles debe aprender.
En primer lugar reconocer el nivel de participación que tuvo la ciudadanía venezolana con más del 80% y aclarar que hubo más venezolanos votando en el extranjero que mexicanos cuando fueron nuestras elecciones, y eso que tuvieron los mexicanos meses para enviar voto y tomar en cuenta que la población de Venezuela es menor a la de México.
Otro punto que debo reconocer, es el acto de civilidad y democracia que realizó Henrique Capriles, en aceptar con rotunda franqueza los resultados y en defender lo que el pueblo eligió. Esto acto deberían entenderlo muchos políticos mexicanos, en la verdadera democracia se gana y se pierde.
Venezuela por años ha implementado sus sistemas electrónicos para el sufragio de votos. Algo de lo que debería aprender México, ya que los resultados pudieron obtenerlos casi una hora después de que terminará de votar el último venezolano, además tomar en cuenta que los venezolanos en el extranjero pudieron votar el mismo día de la elección. México va a pasos muy lentos en cuanto a tecnología electoral se refiere, y eso que recibe miles de millones más que el Consejo electoral de Venezuela.
Lo que no hay que aprender: Ha reelegir en más de 3 veces a un mandatario y más cuando sus ideales personales y socialistas van más allá del bien común del pueblo. Esto ha traído problemas económicos por la nacionalización de varias empresas extranjeras en aquel país. Además de clausurar canales y echar a la borda las libertades de expresión y derechos humanos, convirtiéndose dicho mandatario en un dictador como miles otros que gobiernan o gobernaron países africanos, árabes y asiáticos.
Tampoco México debe aprender a tomar el camino de cerrarse frente a sus aliados económicos por comentarios mezquinos, sin fondo y sin gracia que sólo perjudican las relaciones de los pueblos vecinos y no tan vecinos.
Finalmente comprender que Venezuela, efectivamente no es lo mismo que México, por su cultura, gente, tamaño, políticos, etc. pero que a su vez somos pueblos que compartimos lengua, territorio en América, y que es muy importante tener buenas relaciones entre ambos países y aprender los errores y también los triunfos por alcanzar un mejor futuro.
Sólo agradezco a los hermanos venezolanos por el gran ejemplo que dieron hoy al mundo. Fuera de los resultados que se obtuvieron.
JPB
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